11 enero 2013




    Se lo han ganado a pulso. El primer post sobre una serie de caramelos dentro de este blog, no en vano creo estar ante lo que posiblemente con el tiempo logre convertirse en un icono a la altura de otros grandes de la dulce historia del caramelo español, como el cabezón de Boomer y o el logotipo de Chupa Chups.
 
   Pese al estado actual de las cosas (ya sabéis, la crisis económica y de ideas) la empresa murciana "Caramelos Cerdan" fundada en 1914 (uno de los líderes europeos indiscutibles del mercado del caramelo duro) da un paso adelante y lanza una línea de caramelos que parece salida de nuestras más dulces pesadillas y que, sin duda, atrapará a niños y a treintañeros nostálgicos y trasnochados como un servidor.

   Mi historia con este producto se remonta a hace unas semanas cuando me topé con una genial cabeza de Drácula en un bar de Ponferrada que me dejó totalmente noqueado. ¿Qué diablos era eso?. No podía tratarse de un producto actual, no podía ser... La estética, aquellos ojos brillantes, las piruletas clavadas en su cabeza y el tamaño gigante hicieron que en menos de 15 segundos ya quisiera saberlo todo sobre ella... ¿Quién la fabrica? ¿Hay más modelos? ¿Dónde se puede conseguir? Para terminar con un "¿Me la vendes?" (al camarero) y una solemne negativa en plan "Es para mi sobrina". 

  El caso es que, piruleta en mano y frustrado como un mono, me puse a investigar en la red. Y es así como descubrí la web del fabricante y otros productos alucinantes dentro de su catálogo como los Lollipops "El Conde Drácula" rellenos de chicle, los "Ramzy" de pica soda o los tremendos "Narizotas", para terminar flipando con los otros dos displays y modelos de piruletas que tienen, uno de ellos es el "Galaxy Pop" (un Alien) y el otro el "Crismas Pop" (un Santa Claus)...

    Antes de ayer caminando por 
Vigo me pareció ver otra cabeza de Drácula dentro de una tienda de caramelos chulísima llamada Sugar Pop y atacado me lancé a por ella. Informado ya, sabiendo que el propietario de la misma sería el comprador de la última piruleta (así reza en la parte posterior del envoltorio) y ante el asombro de la dependienta, terminé comprando unas 25 unidades y salí con una sonrisa de oreja a oreja con una piruleta en la boca y la cabeza de Drácula bajo el brazo ante el estupor del personal. ¡Qué le vamos a hacer! Uno es como es y este producto es verdaderamente genial. Tanto en los caramelos (que no dejo de comer en los últimos días) como en la estética... un 10, así de sencillo.






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